El Amor Espera

 El amor espera capitulo 1 y 2

Capitulo 1


Gina Granburry descansaba su barbilla sobre la palma de su mano, sus ojos exploraban el dibujo que había estado retocando durante las dos últimas horas. Su plazo se estaba acercando pero simplemente había tantas maneras de hacer publicidad a carros de segunda mano. Tiro el lápiz y aparto el dibujo a un lado con frustración.


“¿Por qué no dejas que Darrell intente hacerlo?”


Gina lanzo una mirada irónica a Tracy, su compañera de trabajo. “porque él usa la computadora para todos sus diseños, por eso.”


“tú también”


“No hasta que ya tengo mis ideas hechas con lápiz primero”, dijo mientras se inclinaba hacia atrás con un suspiro. “Estos niños universitarios de hoy en día no pueden tener una idea original. Ellos solo copian y pegan imágenes de la computadora para después llamarlas buenas”


Tracy se echo a reír. “Tú solo estas de mal humor porque odias hacer anuncios de carros. Siempre lo odiaste. ¿Por qué tomaste esta cuenta en primer lugar?”


“Oh! ¿Tú piensas que estamos prosperando lo suficiente como para poder ser selectivos en nuestras opciones?” Gina se paro y alzo su taza de café en gesto de una pregunta silenciosa. Tracy negó con la cabeza.


“El negocio ha estado fabuloso, y lo sabes. Y como eres tú la que odias hacer anuncios sobre carros—aun así tomaste este— ¿porque no solo se lo das a Darrell y dejas que copie y pegue imágenes en la computadora para después llamarlo bueno?


“Porque soy necia”


“¿Y no tiene nada que ver con el trato que te dieron con tu nuevo Jeep?”


Gina le saco infantilmente la lengua a Tracy, y luego se metió en el pequeño rincón de la cocina, mirando con recelo el café que se había preparado cinco horas antes. Su semi-adiccion al café tenía límite. Saco una botella de agua de la nevera. Apoyándose en el mostrador, miro atreves de la puerta entreabierta hacia la oficina. Comenzaron con su agencia seis años atrás, la echaron a andar poco a poco. Los primeros dos años fueron duros hasta el punto de considerar dejarlo, sin embargo se esperaron. Su gran oportunidad llego cuando un restaurante nuevo abrió en su pequeña ciudad. Una joven pareja con el sueño de duplicar los recipientes de sus padres sobre la comida autentica mexicana—ellos no podían permitirse una agencia de prestigio, o una agencia de publicidad mejor establecida. Antonio y Norma les contaron su idea. La pareja quería servir deliciosa y autentica comida mexicana en un ambiente que fuera divertido y vibrante. Gina y Tracy trabajaron imparablemente durante meses, imprimiendo y haciendo anuncios en la radio. Cada uno fresco y original.---y tentadores. Tenían que serlo. Había restaurantes mexicanos en cada esquina. A Gina se le ocurrió el lema a eso de las 2 de la mañana en una de las tantas mañanas que el sueño la eludía. ¿Su antiguo restaurante de comida mexicana lo detiene con un grillete y cadenas? No deje que su peso le tire. Si de verdad quiere tener un grillete, rebote hacia el Café Cantina de Antonio donde la diversión nunca termina.


Sonrió y negó con la cabeza. Era demasiado cursi pero a Antonio y a Norma les encanto. Aparentemente al público también le agrado. El restaurante se lleno a más no poder en la noche de apertura y como los anuncios prometieron, la diversión no había terminado aun.


Lo mismo era cierto sobre su negocio. Después de su exitosa campaña, más y más negocios locales comenzaron a buscarlas. Muchos mas que se vieron forzadas a contratar a otro diseñador----Darrell---. Eso le dio tiempo a Tracy de usar sus habilidades sobre comercialización para su propia agencia, adquiriendo nuevas cuentas mientras Gina y Derrell diseñaban los anuncios publicitarios. Su nueva estrategia estaba dando resultados. Tracy estaba trayendo muchas cuentas nuevas a tal punto de hablar sobre la posibilidad de contratar a una cuarta persona.


El sonido de la puerta principal la saco de sus reflexiones, se reincorporo y fue a ver qué es lo que tenía a Darrell muy contento.


“Preciosa, te digo. El fue absolutamente magnifico”. Darrell giro sobre si y le sonrió brillantemente a Gina. “sí, estoy enamorado.”


“¿Otra vez?” le pregunto Gina secamente.


El poso una de sus manos sobre su cadera y se arqueo dramáticamente hacia ella mirándola y dijo “al menos uno de los dos no tiene miedo a enamorarse”.


Ella ignoro su comentario y volvió a su escritorio. “Es mejor que seas cuidadoso Darrell. Esta ciudad no es tan grande. Te vas a quedar sin chicos con los cuales tener citas muy pronto.” Levanto el anuncio sobre el carro y se lo dio. “Haz algo con esto. ¿Sí?”


“¿Concesionario de carros usados? Que aburrido.”


“carros de segunda-mano” lo corrigió.


“oh si! Eso es lo que hace toda la diferencia” Empujo la pila de correspondencia de días hacia ella. “tu turno de clasificar la correspondencia”


Ella le agito la correspondencia a Tracy “¿no era tu turno?”


Tracy estiro su mano. “Dámelas. Juro que ustedes actúan como si clasificar la correspondencia fuese un gran problema. Puede que sea solo una cuenta que pagar, o un cheque o solo basura nada más” Saco un brillante sobre color verde y lo miro. “Esto está dirigido a ti”


A pesar de que Gina vivía en el apartamento que estaba arriba de la oficina, rara vez recibía correspondencia. Ella solo usaba la computadora y no papel. Tomo el sobre verde y se le quedo mirando, la dirección de retorno le trajo un torrente de recuerdos. La giro entre sus manos, después nerviosamente se coloco el cabello detrás de su oreja antes de romper el sello.


Capitulo 2

24 años atrás.

Gina rebotaba el balón ciegamente, sus ojos sin dejar de observar a las porristas que practicaban al otro lado de la cancha. Pretendía estar mirando a todas, pero era solo Ashleigh Pense la que le interesaba.


“hey Gina” ¿vas a pasar el balón o qué?


Avergonzada, se dio la vuelta y le lanzo el balón con una sola mano a La Quita con tal fuerza que casi la tira. “seguro que voy a pasar el balón” dijo mientras pasaba al lado de ella trotando.


El silbato sonó y ella paró en seco esperando a que la entrenadora Beam la regañase.


“Gina! No me importa si tú eres la mejor anotadora. Te sientas en la banca durante el resto de la práctica. No voy a permitir exhibicionismos en mi cancha”


Gina se dirigió a la banca con mala cara deseando poder enfocarse solo en el basquetbol ---su único amor--- en vez de Ashleigh Pense. Incluso ahora mismo sus ojos estaban mirando al otro lado de la cancha, mirando solo a Ashleigh dentro de todo el grupo formado por chicas similares con cabello rubio y delgadas.


El haber asistido a una escuela católica hasta el octavo grado no le había permitido el fijarse en ella antes. Pero ahora que estaban en la misma preparatoria se dio cuenta de que la buscaba constantemente y eso la preocupaba cada día más. Sus hormonas estaban vivas y coleando pero en vez de dirigirla hacia los chicos la dirigían directamente hacia Ashleigh Pence. Entrecerró sus ojos. ¡Una porrista, por amor de Dios. Una porrista popular rubia y esbelta! Y Gina era solo piernas y brazos después de haber crecido cinco centímetros el verano pasado. Todo esto mientras trabajaba en sus técnicas de basquetbol, sabiendo que la única forma de asistir a la universidad era por medio de una beca. De otra forma solo asistiría al college. (esque en USA la Universidad es más cara porque la educación es mejor y las clases son más pequeñas en cambio el Community College es barato pero las clases están a reventar si no te inscribes a tiempo)Sus familiares le habían dicho que si no conseguía la beca entonces asistiría al Community College en vez de la Universidad.


Así que con sus hormonas en ebullición evadía a los chicos--después de todo eran más bajos que ella-- y también evadía a las chicas populares. Sabiendo perfectamente a su corta edad hacia donde se dirigía su preferencia. Siempre trataba lo máximo en pasar por desapercibida, deseando que nunca nadie descubriese su secreto. Sin embargo el haber entrado a la liga mayor de basquetbol de la preparatoria durante su primer año no la ayudaba mucho a pasar por desapercibida.


Pero estar en la liga mayor tenía sus beneficios. Las porristas asistían a todos los juegos ya fueran en casa o fuera en otra preparatoria.


Dirigió sus ojos nuevamente hacia el otro lado de la cancha, y su corazón casi para completamente cuando Ashleigh se le quedo mirando. Su mirada era tan intensa como la de ella misma.